¿Por qué salta mi Disco de Vinilo? ¡No más pasos en falso! Descubre por qué tu vinilo salta y cómo solucionarlo

¿Por qué salta mi Disco de Vinilo? ¡No más pasos en falso! Descubre por qué tu vinilo salta y cómo solucionarlo

Un paseo por Malasaña y el arte de cuidar vinilos

Estaba paseando por Malasaña, disfrutando de esas tiendas de vinilos donde siempre encuentras algo único. De repente, veo a dos chicas, María y Vero, rebuscando entre discos, debatiendo emocionadas sobre cuáles llevarse. Como buen “experto” en vinilos, no pude resistirme y me acerqué para echarles un cable. Al rato, la conversación se animó, y no pude evitar invitarlas a tomar un café para seguir charlando.

Ya en la cafetería, entre risas y anécdotas, terminamos hablando de algo serio: cómo cuidar bien esos discos que acababan de comprar. La emoción de haber encontrado buenos vinilos las tenía encantadas, así que aproveché para contarles algunos trucos que he aprendido sobre el cuidado de estos tesoros musicales. Les advertí que estos consejos les iban a salvar de más de un dolor de cabeza y que valía la pena aprenderlos si querían disfrutar de sus discos por mucho tiempo.

La Importancia de Mantener los Vinilos Limpios

“Primero, chicas, el polvo es el enemigo número uno de un buen vinilo. Si se acumula en la superficie, el disco puede saltar y el sonido pierde calidad,” les expliqué. Les conté que, antes de poner el disco, conviene limpiarlo bien. “Un buen cepillo antiestático o un paño especial, y te ahorras esos ruiditos molestos,” añadí, mientras ellas asentían.

La Aguja: Limpieza y Reemplazo para un Sonido Perfecto

La aguja también es crucial para evitar esos saltos y para mantener la calidad del sonido, les dije. “La aguja también se ensucia con el tiempo, y si la dejas sucia, arruina la experiencia. Lo ideal es limpiarla de vez en cuando, y cuando ya esté gastada, toca cambiarla.” Ellas me miraron sorprendidas, y entre risas, admitieron que nunca se les había ocurrido. Un consejo sencillo, pero que hace una gran diferencia.

Calibración de la Aguja: Los Secretos de un Sonido Impecable

Aquí ya me metí un poco más en terreno técnico. “La calibración de la aguja es fundamental,” les dije. Si está mal ajustada, el sonido pierde calidad y puedes dañar el disco. Les expliqué paso a paso cómo hacerlo:

  • Revisión de la Aguja: “Primero, asegúrense de que la aguja esté en buen estado. Si está gastada, mejor reemplazarla antes de ajustar nada.”
  • Fuerza de Seguimiento: La presión ideal para la mayoría de los tocadiscos es de unos 1.5 gramos. Les sugerí que revisaran el manual de su tocadiscos para asegurarse.
  • Altura y Ángulo de la Aguja: Les conté que la altura y el ángulo de la aguja también influyen mucho. “Si está demasiado baja, puede dañar el disco; si está muy alta, el sonido se pierde. Todo esto se ajusta con el contrapeso en el brazo.”
  • Prueba de Sonido: “Nada mejor que escuchar para ver si todo está bien,” les dije. Un sonido claro significa que el ajuste es perfecto.

Evitar Daños en los Vinilos y Proteger el Tocadiscos

Para terminar, les hablé sobre la importancia de guardar bien los discos. “Rayas, marcas, polvo... Todo eso afecta la calidad. Así que cada disco, en su funda y en un lugar seguro,” les advertí. Les hice una pequeña demostración de cómo guardar y sacar el disco sin tocarlo directamente para evitar que se raye o acumule suciedad. “Nada de dedos en la superficie y siempre en un lugar donde no estén expuestos.”

Y, claro, también mencioné que si alguna vez escuchaban algo raro y no era problema del disco ni de la aguja, lo mejor era revisar los cables y la conexión del tocadiscos. “Y si sigue dando problemas, llévenlo a un técnico. Mejor prevenir que gastar en uno nuevo.”


Después de la charla sobre vinilos, nos quedamos un rato más, riéndonos y hablando de música, y algunos temas más personales que quedaron entre nosotros. Al final, me dieron las gracias y se fueron con los discos y una sonrisa. Me di cuenta de que, además de ayudarles a cuidar sus nuevos vinilos, les había contagiado un poco de esa pasión que siento cada vez que pongo un disco a sonar.

Y quién sabe, tal vez en el próximo paseo por Malasaña, termine en otro café con historias nuevas por contar.

Regresar al blog

Deja un comentario